Ahora, más de diez años después de nuestros inicios, tenemos clientes que ya son como de la familia, con quienes recientemente hemos sentido el placer de volver a abrazarnos frente al Museo del Prado, Arqueológico o Reina Sofía después de dos largos cursos sin vernos las caras. Son ellos quienes nos recuerdan el valor de estas experiencias culturales tan enriquecedoras, que ahora valoramos incluso más por haber estado privados de ellas en estos últimos tiempos difíciles.
Como al principio, más de una década después seguimos convencidos de que nuestras nuevas generaciones se merecen una educación cultural a su alcance, adaptada a cada nivel y capacidad, para que desde edades tempranas puedan integrar el gusto y el respeto por nuestro patrimonio y para que creemos así futuros amantes de la cultura y el arte.
¡Seguiremos trabajando para ello!